Resiento todavía un poco el inglés.
Me suele pasar que me frustro porque no puedo hablar tan rápido como pienso.
En Alpenhof empecé a centrarme en pensar en una trilogía de Switzerland
De pronto era como estar rodeada de elfos y momentos místicos.
Björk era un referente estético que me sonaba en la cabeza.
Mutual Core me fragmentó accidentes geográficos que se veían desde el mirador del cuarto.
Blanca Nieves (tropical) intentando hacer #hicking en los caminos de St. Gallen – Kappelle.
Me tragó el bosque negro.
Aún no sé si la trilogía preciosista será una realidad. Suena como una catedral gótica llena de vitrales. Trilogía preciosista de momentos míticos #random en Switzerland. Épicos
Cuando volví a SJO-CR me obsesioné con “black is the color of my true love’s hair” de Nina Simone.
En Zürich tuve un ataque de identidad. Fue cuando conocí a Teresa Margolles, hablamos en español y después de ésa conversación ésa noche, no puede volver al modo global del inglés.
El pelo negro es lo mío.
Se me abrió una puerta al #self
Tuve una crisis de identidad, la (a)típica.
Existencialismo con un orgasmo de caos.
Entonces.
No es casualidad que mientras subís y bajás trenes, viajando desde cerca de Madulain, hasta Oberegg, entrés en la oficina de correos, te vean el rostro desorbitado; y que con una hermosa sonrisa estilo #Suiza la señora que te recibe, después de un breve intercambio para comprar unas estampillas, te pregunte: ¿qué hace una chica de Costa Rica aquí? Vos, con 2 kilos 200 gramos de queso en la bolsa que cargás desde Los Alpes, sólo le podés sonreír y con un gesto con los hombros – susurrando un “no sé” – responder “voy a una biblioteca”.
September 2016
Text: María José S. Guevara